Aquí todo es muy verde. Aquí todo es agua.
Aquí todo el tiempo llueve. De noche. De día. Hay lluvia en las tardes. Te llueve de arriba. A veces te llega de lado. Otras, pareciera que te llueve desde abajo.
Aquí la lluvia no es casual, es tan cotidiana, que cuando sucede uno no se extraña.
A mi siempre me ha gustado verla caer. Pero, de donde vengo, es tan ocasional, que cuando el aguacero caía, mucha gente sentía melancolía. Yo no. Yo me ponía mas feliz.
Mis días en esta ciudad siempre son mojados. Los zapatos, la ropa, el perro, los carros, los pies descalzos. Gente caminando bajo la lluvia. No corriendo.
Los hombres acostumbran andar sin camisa por la calles, tan tranquilos bajo el goteo, bajo la tormenta. Da igual, ellos si la disfrutan.
A traves de mi ventana, los observo. Siento envidia. Tanto desearía caminar desnuda y sentir como se escurre por mi cabello, como gotea por mi mentón y recorre de norte a sur mi cuerpo. No quiero ver esas miradas morbosas, no quiero sentir vergüenza. Solo quiero sentir el agua en mi piel.
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Hace 2 años